martes, 26 de junio de 2007
BUENOS AIRES GENEROSA
ALLÍ SIEMPRE ENCUENTRAS LO QUE BUSCAS.
En abril recién pasado viajé a Buenos Aires a lanzar mi décimo disco ENTREVERADOS, junto a mi amigo el destacado pianista, compositor y escritor uruguayo Leo Masliah.
Todo lo relacionado con ese concierto de lanzamiento ya está descrito en mi blog y la verdad es que hubo otros acontecimientos anexos que hicieron de ese viaje algo muy especial e inolvidable.
Partí con tres días de anticipación al concierto y en la grata compañía de Ángel Spotorno, quien no sólo me colaboró en todo lo profesional sino además y en calidad de compañero entró conmigo y yo con él en la dinámica de surcar calles, librerías, cafeterías, y las más variadas tiendas de discos… para eso es Buenos Aires.
Nada más fascinante que entrar en una librería de la calle Corrientes a eso de las 3 de la mañana y por fin encontrar aquel libro o antología que buscabas desde hacía tiempo, aquel autor especial como el dramaturgo italiano Hugo Betti y su obra El delito en la isla de las cabras, o aquel extenso poemario de Alvaro Mutis el colombiano. Lo mejor para una cantante popular como yo, encontrar los mejores cancioneros de tango en lunfardo, o esa poesía orillera con versos de Carriego.
Mi gran sorpresa en todo caso la viví en una disquería.
Llevaba años buscando un disco titulado EL TANGO, con poesía maleva de Jorge Luis Borges, música de Astor Piazzola y la voz inconfundible de Edmundo Rivero, mi cantante de tango favorito. Ese disco que se escuchaba en mi casa cuando yo era niña marcó el inicio de mi pasión por este género y no podía entender que no existiera en formato de CD y yo ya sin contar con el disco de acetato de mi niñez.
Lo mismo ocurrió con una canción específica que guardaba intacta en mi memoria LOS BESOS NO SE GUARDAN de Acho Manzi y Cacho Tirao interpretada magistralmente por Gina María Hidalgo, no lograba encontrarla en los compilados que se han hecho desde que falleció hace un par de años, vaya suerte la mía… y en la misma disquería y para broche de oro, esta vez con Raúl Garello, el tema VACIAR LA COPA en versión sinfónica también pude encontrarlo tras búsquedas infructuosas en años anteriores.
A Ángel también le fue muy bien en sus búsquedas y nuestro equipaje de regreso venía doblemente pesado de discos y libros.
Suerte la nuestra?
Puede ser.
Más bien es que Buenos Aires es así… GENEROSA.
Recomiendo y doy las gracias a Mariano Muñoz y Marcela Frías, compañeros de una noche porteña: Edipo Libros, Discos El perseguidor y la Parrilla Niña Bonita, todo en la calle Corrientes.
jueves, 21 de junio de 2007
ANTES Y DESPUES DE CUBA
En La Habana, la música es una compañera inseparable, una aliada sea de día o de noche, y eso se percibe desde el minuto que pisas territorio cubano y te encaminas hacia el malecón sola por la noche, perdón… en compañía de la música.
El son camina contigo al pulso que tu quieras marcar, y el BOLERO… aparece galán y de sopetón para insistir sobre tu corazón inerme… así es el bolero… no avisa.
Lentamente en este peregrinar por las calles de La Habana vieja, sin proponértelo ya te vas identificando con esta verdadera cultura musical que no sólo está dada por las melodías que salen de las radios de las casas, sino de los pasos mulatos, del café ofrecido a gritos de un balcón a otro, o de la esquina atiborrada de niños practicando el guaguancó. Todas las plazas de esta isla vibran al son de viejas voces a dúo con guitarra y tres cubano entonando La bayamesa, o Longina, tantas AURORA DE ROSA EN AMANECER en voces de distinto calibre no hace sino refregarnos en la cara COÑO, que estamos en Cuba.
Música, musicalidad, musicantes, musiqueros… es la historia con mayúsculas de este pequeño territorio del caribe, y que con su voz protagonista nos narra anhelos y desenfados, desde la vieja trova de Sindo Garay hasta la timba actual, las orquestas, los tríos, los soneros, los cantantes, compositores e instrumentistas… todos nos cuentan su historia y nos confirman sus esperanzas, por medio de la música y la poesía.
Todo este fenómeno de la calle o la plaza, toda esta conjugación mágica de elementos culturales que uno agradece llena de humildad y a pura lágrima de emoción porque se te ofrece generosamente a borbotones no es más que la confirmación de un DESARROLLO humano y cultural que cualquier país de este continente se quisiera.
Y aquí la revolución es definitivamente madre y gestora porque no nos confundamos, la escuela, la academia, la universidad han sido durante más de 40 años, la que recoge este acervo y lo educa en el más amplio sentido de la palabra.
Hablar ahora de la música cubana, es hablar de su desarrollo en plenitud como parte de una política pensada con objetivos claros de rescate, ya no es sólo una sensación maravillosa de un país exótico y folclórico que baila y canta bonito , es la convicción absoluta de una CUBA ARTÍSTICA Y CULTURAL … de verdad .
Y eso también se agradece.
Soy cultora del bolero gracias a Cuba, me dedico a revitalizarlo y replantearlo gracias a sus festivales y encuentros desde hace 15 años.
La vida de esta cantante está dividida en un antes y un después de Cuba.
El son camina contigo al pulso que tu quieras marcar, y el BOLERO… aparece galán y de sopetón para insistir sobre tu corazón inerme… así es el bolero… no avisa.
Lentamente en este peregrinar por las calles de La Habana vieja, sin proponértelo ya te vas identificando con esta verdadera cultura musical que no sólo está dada por las melodías que salen de las radios de las casas, sino de los pasos mulatos, del café ofrecido a gritos de un balcón a otro, o de la esquina atiborrada de niños practicando el guaguancó. Todas las plazas de esta isla vibran al son de viejas voces a dúo con guitarra y tres cubano entonando La bayamesa, o Longina, tantas AURORA DE ROSA EN AMANECER en voces de distinto calibre no hace sino refregarnos en la cara COÑO, que estamos en Cuba.
Música, musicalidad, musicantes, musiqueros… es la historia con mayúsculas de este pequeño territorio del caribe, y que con su voz protagonista nos narra anhelos y desenfados, desde la vieja trova de Sindo Garay hasta la timba actual, las orquestas, los tríos, los soneros, los cantantes, compositores e instrumentistas… todos nos cuentan su historia y nos confirman sus esperanzas, por medio de la música y la poesía.
Todo este fenómeno de la calle o la plaza, toda esta conjugación mágica de elementos culturales que uno agradece llena de humildad y a pura lágrima de emoción porque se te ofrece generosamente a borbotones no es más que la confirmación de un DESARROLLO humano y cultural que cualquier país de este continente se quisiera.
Y aquí la revolución es definitivamente madre y gestora porque no nos confundamos, la escuela, la academia, la universidad han sido durante más de 40 años, la que recoge este acervo y lo educa en el más amplio sentido de la palabra.
Hablar ahora de la música cubana, es hablar de su desarrollo en plenitud como parte de una política pensada con objetivos claros de rescate, ya no es sólo una sensación maravillosa de un país exótico y folclórico que baila y canta bonito , es la convicción absoluta de una CUBA ARTÍSTICA Y CULTURAL … de verdad .
Y eso también se agradece.
Soy cultora del bolero gracias a Cuba, me dedico a revitalizarlo y replantearlo gracias a sus festivales y encuentros desde hace 15 años.
La vida de esta cantante está dividida en un antes y un después de Cuba.
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